En Padres e hijos, se cuenta la historia de Arkadi Kirsánov, un joven ruso que regresa a casa después de graduarse en la Universidad de San Petersburgo, y de su amigo que lo acompaña, Bazárov, un estudiante de medicina con ideas anti tradicionalistas.
Arkadi y Bazárov pasan tiempo en la finca de su padre, donde también están su tío, Pável Petrovic, y Fiéniechka, una joven sirvienta que acaba de dar a luz al segundo hijo de Nikolái Kirsánov. Cuando la situación se vuelve insostenible para Bazárov, los dos amigos deciden ir a la ciudad y, en una fiesta, conocen a una mujer encantadora, Odintsova, que al instante seduce el corazón y la mente de ambos. A partir de ese momento, la amistad entre Arkadi y Bazárov se pone a prueba y los sentimientos cambiarán sus vidas para siempre.
Sin duda alguna, Bazárov, con su forma de hablar y actuar, es el atractivo principal de la novela. El final sorprende y hace reflexionar sobre algunos temas importantes de la época que, vistos desde otra perspectiva, en cierto modo siguen siendo muy actuales.
El autor ha elegido un narrador en tercera persona que tiene acceso a los pensamientos de los personajes más importantes de la historia, y esta decisión permite al lector seguir los hechos en los distintos lugares donde se encuentran. Las precisas descripciones, físicas y psicológicas, de los personajes y de las escenas favorecen la inmersión en la lectura y la visión de lo que ocurre en cada momento.
El discurso está estructurado siguiendo los estilos directo e indirecto, y a partir de los diálogos se entiende la particular capacidad del autor para desarrollar una dialéctica estimulante y adecuada en todas las circunstancias. En cuanto al tema, está claro desde el principio y es tratado bien a lo largo de la narración, mientras que en cuanto al tiempo, a veces no se comprende exactamente cómo transcurre, pero está en armonía con el tiempo de la lectura.